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He sufrido un delito de odio
He sufrido un delito de odio
Tu protección es una prioridad. Si has sufrido un delito motivado por tu raza, color, religión, nacionalidad, etnia, orientación sexual, discapacidad o cualquier otra circunstancia social o personal, no estás solo: la Ley te protege siempre.
- No tengas miedo. Ninguna persona tiene derecho a agredirte por tus circunstancias personales. Tu integridad física y mental es un derecho constitucional que nadie puede quitarte.
- Pide ayuda. La Policía y la Guardia Civil están entrenados para protegerte. Tu seguridad es su prioridad.
- Denuncia. Tu denuncia es fundamental para evitar nuevos delitos. Puedes ayudar a la sociedad y a tu comunidad con ella.
- Ve al médico. Si has sufrido alguna lesión, aunque sea muy leve, acude a un centro sanitario o a un hospital para que te atiendan.
- Llama al 091 o al 062. La Policía y la Guardia Civil te ayudarán a través de estos teléfonos.
- Denuncia. Acude a la comisaría de Policía , Cuartel de la Guardia Civil o Juzgado más cercanos y cuéntales lo ocurrido. Si rompes el silencio puedes ayudar a otras personas.
Un delito de odio es cualquier tipo de delito (desde una agresión, una amenaza o un robo hasta la denegación arbitraria de una prestación a la que tienes derecho) que esté motivado por la discriminación y los prejuicios. Nadie tiene derecho a atacarte por motivos como:
- Padecer una discapacidad.
- Ser de determinada raza, etnia o país.
- Profesar una religión.
- Tener una orientación e identidad sexual determinada.
- Sufrir una situación de exclusión social.
- Cualquier otra circunstancia o condición social o personal.
Si tienes la mínima duda de que alguien te maltrata, te discrimina o es hostil por razones como estas, pon el asunto en manos de las autoridades. Ellas determinarán si existe delito o no. No tengas miedo: la Ley te protege y juntos podemos acabar con estos crímenes.
A veces es difícil diferenciar un delito de odio de otros delitos. Si crees que has sido víctima de un crimen motivado por odio o prejuicios, intenta responder las siguientes preguntas:
- ¿Has escuchado insultos o descalificaciones contra un grupo? Un crimen de odio pretende causar miedo y humillación a todos los miembros de un colectivo. Intenta pensar si el delito te victimiza solo a ti o alguien en concreto o si va dirigido contra un colectivo en función de su religión, nacionalidad, preferencia sexual, etc. Si has escuchado insultos o descalificaciones por los motivos anteriores, podría tratarse de un crimen de odio.
- ¿Has visto algún símbolo de vertiente ideológica? No es el único factor a tener en cuenta, pero si durante el delito se han utilizado símbolos, proclamas o consignas de determinada vertiente ideológica (esvásticas, banderas, anagramas, tatuajes, etc.) es probable que exista una connotación de odio.
- ¿Tus propiedades o pertenencias han sufrido violencia simbólica? Los crímenes de odio pueden agredirte no solo a ti sino también a tus propiedades, objetos o mascotas. Pintar una esvástica, quemar una cruz o arrojar pintura sobre un coche son algunos ejemplos de ello.
- ¿Has sufrido amenazas o intimidaciones? Un crimen de odio no solo es un ataque violento o la destrucción de una propiedad. La intimidación los insultos y el acoso basado en discriminación y prejuicios son síntomas de estos crímenes.
Tu denuncia es la única forma de acabar con los crímenes de odio y de evitar que otras posibles víctimas los sufran. Si te decides a denunciar, sigue estos consejos:
- Aporta la mayor información posible. No subestimes ningún dato. Dile a las autoridades todo lo que recuerdes sobre el autor y las circunstancias del delito: estatura, tatuajes, anagramas, símbolos, ropa, etcétera. Intenta describir con exactitud las palabras del agresor.
- Conserva todas las pruebas que puedas. Si has sufrido un ataque contra tus propiedades o pertenencias, intenta preservarlos para la denuncia. Resultará fundamental para demostrar que se trata un delito de este tipo.
- Identifica a posibles testigos. Si alguien más puede corroborar los hechos, indícalo a las autoridades.
- Acude a una asociación. Contacta con un colectivo (de inmigrantes, LGTB, asociación de personas con discapacidad, etc.) que te pueda asesorar. Tienen servicios jurídicos y es probable que te ayuden a presentar una denuncia.
- Registra todo lo que recuerdes. Un cuaderno o un móvil serán suficientes. Tal vez no estés seguro de denunciar ahora, pero si te decides a hacerlo te vendrá bien para no olvidar detalles que pueden ser fundamentales.
- Pide informes médicos. Si has sufrido lesiones, solicita un informe médico y adjúntalo a la denuncia.
- Solicita un intérprete. Si tienes dificultades para expresarte en castellano, solicita un traductor. Es tu derecho.
Es difícil evitar los delitos antes de que se cometan, no obstante, si recibes una amenaza no titubees: es un síntoma claro que debes atajar cuanto antes.
Si has sufrido amenazas basadas en prejuicios, ten presente que:
Amenazarte ya es un delito. Si recibes una amenaza o injuria, tienes motivos de sobra para denunciar. Tu integridad y la de tu familia podrían depender de ello.
Todos los tipos de amenazas son denunciables:
- Anónimas: En este caso, las autoridades: se encargarán de buscar al autor.
- Verbales: Es recomendable que localices a algún testigo que pueda corroborar los hechos.
- Escritas: Guárdala como prueba. Es esencial para la denuncia y la identificación del autor.
- Por internet o redes sociales: Si detectas cualquier blog, foro, página o tablón con contenido discriminatorio o que incite al odio, hazlo saber a las autoridades. Tanto la Policía como la Guardia Civil tienen unidades especializadas en delitos telemáticos.
Ante la duda, denuncia. Recuerda que tu obligación no es investigar ni demostrar la amenaza o el delito: las autoridades se encargarán de ello. Si tienes la más mínima duda, ponlo en manos de la Justicia.
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